Capítulo 1 – Salvemos a los niños…

 

Año 1936: España lucha contra una dictadura que no se merece. Lucha  con lo que tiene, hasta el final, hasta quedarse sin fuerzas.

Al otro lado, un ejército perfectamente organizado…  En tres años, nuestro País, vive uno de los episodios más trágicos de su historia.  Aquello que empezó siendo una insurrección militar se convirtió en una larga y sangrienta guerra para la que nadie estaba preparado.

En 1937 el destino de España ya estaba sentenciado.  El avance de las tropas franquistas era imparable y salvar a los niños de los bombardeos era una prioridad.  Muchas familias huían con sus hijos, pero otras muchas, atendiendo las recomendaciones del aún vigente gobierno consintieron a la evacuación de los niños al extranjero.

La emigración infantil durante la Guerra Civil Española fue un episodio sin precedentes: muchos niños fueron enviados  a Latino América, otros a Inglaterra, Francia, pero la emigración más  insólita fue la protagonizada por casi tres mil niños (otras fuentes elevan esta cifra a más de cuatro mil) que fueron evacuados a la Unión Soviética. Insólita porque a diferencia de los niños evacuados a otros países, los niños rusos no regresaron a España al acabar la guerra. Muchos, siguen allí…

La evacuación de los niños a otros países estaba gestionada por el llamado Ministerio de Instrucción Pública y apoyado por diferentes organismos no gubernamentales, entre ellos, Socorro Rojo  Internacional. Las campañas “Por una infancia Feliz”, “Ayuden a los niños españoles” o “What are you doing to prevent this?” se expandieron por toda Europa. Salvar a los niños españoles se convirtió en una prioridad mundial y fueron muchos los países  que ofrecieron su ayuda: Méjico, Bélgica, Inglaterra, Dinamarca, Suiza y Rusia.

Ante la actitud reticente de algunos padres de enviar a sus hijos a otros países, el delegado general de Evacuación, para convencerlos, envió una nota a la Prensa, cuando la conquista por las tropas de Franco del Frente Norte era prácticamente un hecho inminente:

“La evacuación no representa la derrota de un pueblo, sino todo lo contrario, significa preparar las condiciones de la victoria, puesto que todo lo que no es utilizable en la Guerra, entonces entorpece los movimientos del Ejército. Combatientes… ¡Imitemos a Madrid; sepamos desposeernos de sentimientos ñoños, enviando a nuestras familias a lugares más tranquilos y preparémonos para defender Asturias!¡Por la Guerra y nuestro prestigio revolucionario, aceptemos la orden de evacuación!”.

Era un viaje que parecía una excursión de colegio, pero esas “vacaciones” se convirtieron en toda una vida…

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a Capítulo 1 – Salvemos a los niños…

  1. Luis Arce dijo:

    Un riguroso trabajo,conmovedor y muy esclarecedor. Enhorabuena

Deja un comentario